- 12-14 láminas de pasta para lasaña.
- 2 calabacines.
- 2 puerros.
- 2 zanahorias.
- 12 champiñones.
- 100 g de espinacas frescas.
- 4 tomates rojos maduros.
- 1 diente de ajo (opcional).
- 3 o 4 cucharadas de queso parmesano.
- 1 cucharadita de orégano.
- Aceite, pimienta negra molida y sal.
Para la salsa bechamel
- 45 g de harina (2 ½ cucharadas).
- 45 g de mantequilla (2 cucharadas).
- 650 ml de leche (2 ½ vasos).
- Pimienta negra, nuez moscada y sal.
He preparado esta lasaña con una base muy sencilla de verduras, las que más suelen gustar, pero esta receta admite muchas variaciones, añade tus verduras preferidas, pimiento, berenjena, judías verdes, brócoli, espárragos verdes, guisantes. El pimiento, la berenjena y los espárragos se pueden añadir directamente al sofrito con el resto de verduras, el brócoli y las judías verdes, deben cocerse previamente 5 minutos en agua hirviendo.
Elaboración
Preparamos una salsa bechamel
Ponemos en un cazo 2 cucharadas de mantequilla con un chorrito de aceite a calentar a fuego lento.
Cuando la mantequilla se haya fundido, añadimos 2 ½ cucharadas de harina y las rehogamos durante 2 minutos para que pierdan el sabor a crudo.
A continuación, vamos añadiendo la leche poco a poco, sin dejar de remover para evitar que se formen grumos.
Una vez incorporada la leche, dejamos cocer la salsa unos 10 o 12 minutos a fuego suave hasta alcanzar una textura cremosa y espesa, removiendo constantemente con una cuchara de madera.
Sazonamos con sal al gusto, pimienta negra molida y una pizca de nuez moscada.
La bechamel debe tener cierta consistencia para que cubra bien la lasaña, pero no nos interesa que quede excesivamente densa. Para que esté realmente rica, debe quedar ligera y cremosa.
Lavamos los puerros y retiramos las raíces y las hojas verdes, quedándonos solo con la parte blanca y de color verde pálido. Los cortamos en tiras finas.
Cortamos el calabacín y la zanahoria en trozos pequeños, como se muestra en la imagen.
Lavamos bien los champiñones y los cortamos en láminas finas.
Pelamos los tomates, retiramos las semillas y los cortamos en dados pequeños (ver notas).
Pelamos el diente de ajo y lo picamos finito.
Ponemos 3 cucharadas de aceite en una sartén a calentar a fuego suave.
Echamos el ajo y lo rehogamos brevemente, unos 2 minutos, sin que llegue a dorarse.
Añadimos los dados de tomate, salpimentamos y lo dejamos a fuego medio-suave entre 15 y 20 minutos, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera.
Lo retiramos del fuego y reservamos.
Mientras se está cocinando el tomate, en otra sartén, ponemos 2 cucharadas de aceite a calentar a fuego medio.
Incorporamos primero la zanahoria y el calabacín y los sofreímos durante 4 o 5 minutos, removiendo de vez en cuando.
A continuación, añadimos el puerro y los champiñones, salamos ligeramente y lo dejamos otros 8 minutos a fuego suave, removiendo de vez en cuando.
Agregamos las espinacas a falta de 3 minutos para terminar el sofrito de verduras.
Cocemos la pasta
Ponemos una cazuela grande con abundante agua y una cucharada de sal a calentar a fuego vivo.
Cuando comience a hervir, introducimos las láminas, de una en una para evitar que se peguen.
Las removemos con cuidado de no romperlas y las dejamos cocer el tiempo que se indique en el paquete.
Una vez cocidas, las escurrimos y las ponemos sobre un paño de cocina para secarlas bien.
Colocamos las capas de la lasaña en una fuente apta para el horno, empezando por las láminas de pasta.
Sobre la pasta extendemos una fina capa de bechamel y la mitad de las verduras.
A continuación, ponemos otra capa de láminas de pasta y encima el resto de las verduras.
La siguiente capa la haremos extendiendo el sofrito de tomate.
Por último, colocamos otra capa de pasta, cubrimos la lasaña con el resto de la bechamel y espolvoreamos por encima 3 o 4 cucharadas de queso rallado y opcionalmente 1 cucharadita rasa de orégano por encima.
La lasaña quedará de la siguiente forma:
Para terminar, introducimos la fuente en el horno, precalentado a 200 ºC, entre 25 y 30 minutos.
En los últimos 2 o 3 minutos, cambiamos a la función gratinador del horno a máxima potencia, para dorar ligeramente la superficie.
Existen peladores especiales para tomates, pero un truco muy sencillo con el que además se aprovecha al máximo el producto, consiste en escaldarlos en agua hirviendo durante unos segundos.
En primer lugar, hacemos un corte con el cuchillo en forma de cruz en la base de los tomates.
Ponemos una cazuela con abundante agua a calentar.
Cuando comience a hervir, introducimos los tomates y los dejamos entre 15 y 25 segundos, dependiendo de si están más o menos maduros (cuanto más maduros menos tiempo).
A continuación, los sumergimos en un recipiente con agua y hielo para cortar la cocción rápidamente.
De esta forma, la piel saldrá fácilmente, solo tenemos que tirar de ella desde donde marcamos la cruz con el cuchillo.
Separa la parte terminal del tallo, que es terroso.
Después, lava rápidamente los champiñones con agua.
Retira la película que recubre las cabezas, con la ayuda de un cuchillo; esta operación es necesaria sólo cuando los champiñones tienen mucha tierra o están blandos.
No compres los champiñones si son excesivamente grandes; si al tacto su consistencia es blanda o si presentan zonas "carcomidas".
Rehogar: Sofreír un alimento para que se impregne de la grasa y los ingredientes con que se condimenta.
Juliana: Forma de cortar en tiras (de 3 a 5 cm de largo por 1 a 3 mm de grueso).